
20 de diciembre de 2021
Los vinos de Cruz de Alba
Para poder disfrutar del vino en su totalidad hace falta conocerlo, y te presentamos los vinos de Cruz de Alba para que los conozcas mejor. Como bien dice la frase: “solo se ama lo que se conoce”. Y es que para que un vino nos llegué al alma, sea capaz de emocionarnos, o sea capaz de generar felicidad, necesitamos conocerlo, saber que supone ese vino, quienes son las personas que hay detrás, las condiciones, muchas veces poco fáciles, en que se ha elaborado el vino, incluso sus defectos. Si algo tiene Cruz de Alba es una historia. Una historia que bien merece ser contada. Vamos a dejar que sus vinos hablen.
Cerca del Pueblo Padilla del Duero, se extiende la Finca Los Hoyales, 40 hectáreas distribuidas en unas 18 parcelas. Este es el origen y quién marcará en buen medida las uvas que se destinarán a cada vino. Sin una buena materia prima es imposible hacer un buen vino, y en Cruz de Alba lo llevan a rajatabla.
La biodinámca se convierte para Sergio Avila en el mejor aliado para expresar el carácter de cada lugar. Vino Orgánico, es decir, que no han sido utilizados productos químicos de síntesis en el proceso de cultivo y vinificación, además de tener un manejo eco amigable del agua y los recursos naturales, de uvas procedentes de cultivo ecológico desde 2006.
Toda una filosofía de vida que Cruz de Alba lleva a cabo en las 90.000 botellas que embotella de la suma de algunas parcelas de la Finca.
Esta suma da como resultado una expresión de la Tempranillo fresca, vibrante, crujiente. Los 700 metros de altura de la finca, junto a las condiciones climáticas, donde la variación de temperaturas es notable, ofrecen una optima maduración de las uvas.
Vino sincero, directo, donde la expresión de la fruta cobra protagonismo. La crianza en barricas aporta estructura, sin enmascarar el carácter de la Tempranillo, textura y frescura a partes iguales. De color rojo profundo, en nariz es intenso, destacando las notas de fruta sazonada, especias que se funden entre madera y ligeros toques balsámicos.
Así es Cruz de Alba 2018, la primera cada certificada como orgánica, biodinámica y vegana.
Fruto del conocimiento de las parcelas, del trabajo de observación de cada vinificación por separado, se elabora Cruz de Alba Fuentelun. De una de las zonas de la finca con suelos arenosos y cepas de unos 35 años de edad, que muestra unos matices diferentes al resto de parcelas. Complejidad y finura, es el vino de la elegancia, del equilibrio. El sosiego que aporta la larga crianza hacen de Cruz de Alba Fuentelun un vino completo.
La fruta se muestra madura, su expresión más primaria se envuelve de notas de crianza, especias, maderas bien integradas, fino y definido. 6.900 botellas de un vino orgánico, proveniente de agricultura ecológica y biodinámica, que es el reflejo de una tierra, un estilo y la personalidad de Ribera del Duero.
La parcela más antigua de la finca, con suelos arenosos y muy pobres, nos muestra un paisaje de viñas históricas. Viñas que han visto cambiar el mapa de Ribera del Duero, pasar generaciones, y que han aguantado estoicas el ir y venir de las modas. Con el mayor de los mimos, Sergio, aplica una viticultura a la carta, observando las demandas de cada planta, atendiéndolas como cada una necesita. Salvaguardar estas viñas se convierte casi en un trabajo de precisión cirujana.
Un vino hecho a mano, como las manos artesanas que ilustran su etiqueta. 27 barricas de 500 litros, donde el vino fermenta y se criará, nos ofrecen apenas 3.000 botellas de un vino profundo e intenso, pura expresión de la Finca los Hoyales. Otro de los vinos de Cruz de Alba.
Nariz intensa de fruta roja y negra madura, abrazada por notas amables de madera y tostados. Color profundo e intenso, que nos muestra la gran estructura y concentración de las uvas provenientes de cepas viejas. Acidez vibrante y notas herbáceas que hacen de él un vino para mejorar con los años.
Cada parcela es única, con personalidad propia, y en Cruz de Alba la misión es embotellar la esencia de cada una de ellas, ofreciéndonos vinos con carácter y personalidad. Beber respeto, esencia e identidad. Es lo que se espera de una buena copa de vino.
¡Salud!